Porque Potosí, una de las urbes más importantes del mundo, nunca
ostento un título oficial en el rango de “Ciudad” y se quedó como simple
“Villa”
La historia de Potosí está
envuelta entre el mito, la leyenda y lo inexplicable. Su fama y riqueza
hicieron que su famoso Cerro y su magnífica urbe ingresaran en el imaginario popular como un
todo inaudito e increíble.
Su historia tiene tanto de
paradójico como de irónico e increíble.
En Este estudio se profundizará y
reflexionará, buscando una respuesta coherente de porqué una de las urbes más
importantes del mundo, nunca ostento el título oficial en el rango de “ciudad”
y quedo como simple “villa”, por mas imperial o noble que fuera el título honorifico
y nobiliario.
Es importante también mencionar
que en la época en que Potosí destellaba esplendor de riqueza, existían ya, rangos
y títulos urbanísticos que le daban estatus a un establecimiento urbano, estos
estatus no solo eran de simple nombre,
sino que conllevaban ciertas prerrogativas y privilegios varios e importantes.
Por ello era fundamental para un poblado ascender en esa jerarquía de estatus para
acceder a esos privilegios de los que solo gozaban los que estaban en el
escalafón más alto que era el de ciudad y metrópoli. Aun hoy en muchos países
se establecen de forma legal ciertas características o condiciones que debe poseer
un poblado para acceder y gozar de estos privilegios. (En este estudio se
incluye el estatus o rango de asiento minero, por ser este el establecimiento
primigenio en el que nació Potosí).Entre los títulos urbanísticos de rango más
comunes están:
Los asientos mineros, (o campamento
minero como se conoce ahora) aldeas, pueblos, villas, ciudades y las metrópolis.
Precisamente Potosí hasta hoy se mantiene
en el rango urbanístico; de villa y no de ciudad. No por población o atributos
jurisdiccionales, sino a titulo histórico.
Titulo noble de Villa Imperial de Potosí.
Hasta 1561 Potosí era denominado oficialmente
como un simple “asiento de minas “o “asiento de minas de Potosí”, aunque en los
hechos: era ya, una de las urbes más grandes e importantes de América. Tal fue
el denominativo con el que se referían al Potosí.
Ese mismo año, Potosí va a ascender
de categoría urbanística y pasara de ser un simple “asiento de minas” a poseer
el rango de Villa. Y no solo eso, pues le es otorgado el título nobilísimo de
Villa Imperial. (Esto último es importante diferenciarlo de otras, pues es la
única urbe (en el virreinato y en América) con un título imperial de nobleza y
no como simple villa). Con lo que el título y nombre oficial de la urbe sería:
Villa Imperial de Potosí (es de hacer notar por otras parte que el título y
nombre que le es otorgado a Potosí, comprende las tres palabras que la forman y
por lo tanto deben ser escritas todas con mayúsculas inicial y no solo el
nombre de Potosí como comúnmente suele hacerse)
Como ya se mencionó antes, debe diferenciarse
dos aspectos importantes:
Primero, que Potosí ascendió a
rango urbanístico de villa, con todos los atributos y privilegios que ello
conllevaba. Y segundo, pero no menos importante, es que a Potosí le es otorgado un título real de nobleza
(honorifico).Un título nobiliario que pocas o ninguna villa ostenta en el
virreinato. Este aditamento por mandato real, en el que Potosí sea considerada
“imperial” la diferencia de las demás y le da estatus noble, título de la que
los potosinos se sentirán sumamente orgullosos, tanto que formara parte de la
idiosincrasia potosina el llamado orgullo potosino, que aún pervive en el
colectivo sociocultural. A esta ya de por si ostentoso y magnánimo título se le
añadirá, según Arzans, el de Villa Imperial de Carlos V.
Intenciones y motivos de poder.
Este importante título que no fue
un simple arranque de orgullo potosino, de obtener títulos nobles ni mucho
menos, conllevaba abiertamente un sinnúmero de intenciones de carácter
político, administrativo y comercial entre otras prerrogativas.
Potosí se había convertido en el
más grande yacimiento y minas productoras de plata. Mismas que rentaban sendas ganancias, tanto a la corona de España como a
los mismos mineros avecindados en Potosí. Pero este emporio de riquezas era
administrado jurisdiccionalmente desde Chuquisaca, sede de la Real Audiencia de
Charcas que además fuera recientemente creada, precisamente para la
administración jurídica entre otras cosas, del emergente complejo industrial de
las minas de Potosí. El recelo de ambas partes por obtener los más grandes beneficios
resultaría en la separación de Potosí de la jurisdicción de Chuquisaca en lo
administrativo, civil y criminal. Era un más que gran logro para los ricos
vecinos de Potosí. Tanta fue su euforia y contento que cuando llego la noticia
del nombramiento a Potosí, todos los pobladores y los vecinos más influyentes y
poderosos salieron a las calles y a la
plaza principal (denominada Plaza del Regocijo, actual Plaza de Armas o plaza 10 de Noviembre) a celebrar el título
de Villa Imperial y en esa desbordante euforia, tomaron a un indígena inocente,
que se encontraba por ahí. Y amarrándolo le propinaron duros azotes en señal de
posesión y autonomía, por la nueva administración y gobierno que en adelante
regiría en Potosí. Este ascenso importante para Potosí no fue gratis ni mucho
menos, pues se pagaron grandes sumas a la corona española y a Chuquisaca, esta
última luego de algún tiempo se quejaría que la Villa de Potosí no había pagado
a la Ciudad de la Plata o Chuquisaca el monto estipulado por su exención.
Queda claro que los vecinos de Potosí
y entre estos los más ricos y poderosos del virreinato, tramitaron el nombramiento
y ascenso del “asiento de minas de Potosí “para que ostente título y rango de Villa
Imperial, por una necesidad urgente de tener el control y dominio en la
administración de sus riquezas. Como luego lo harían, efectivamente.
Pero ¿porque no aspiraron en ese
momento o después; a otro título de más rango, como el de elevar a Potosí, de
simple Villa a rango de ciudad?
La villa más grande, más poblada y más rica del mundo, se queda como
villa.
Potosí con todos sus altibajos y
caídas, siempre fue el yacimiento y la urbe más rica y rentable del virreinato
del Perú y del virreinato de Buenos Aires consecutivamente.
Potosí era en el siglo XVII “la Villa
más grande y poblada del mundo”. (Haciendo énfasis en el título de Villa, que
ostentaba y ostenta aún)Y entre tanto otras urbes, más pequeñas y menos
importantes que Potosí, ascendían luego de ser aldeas, asiento mineros, villas;
a rango de ciudad. O simplemente eran fundadas y nacían ya, con el título de ciudad
o metrópoli, pero Potosí seguía ostentando el
simple título de Villa, con el aditamento de Imperial claro está.
Así mientras existían urbes con
pequeñas poblaciones que ostentaban el rango de ciudad. Podría decirse que por el
título de nobleza y rango, Potosí era en verdad; (como “villa”) la más grande y
poblada del mundo, pues no había otra “villa más poblada que Potosí”. (Y si la
había, no era precisamente una villa,
sino una ciudad) Como se dijo, una villa se caracterizaba por ser un poblado
pequeño, de pocos habitantes y limitada administración jurisdiccional, pero
cuando ya alcanzaban cierta importancia: eran ascendidas al rango de ciudad,
pero es importante recalcar, que no solo importaba el número de población para ascender
a rango de ciudad o metrópoli, sino más bien las atribuciones que un poblado podía
poseer u obtener. Como el de la administración política que se le otorgaba, ya
por estar en un lugar estratégico, o por residir ahí altos funcionario de la
nobleza entre otros motivos. Así una ciudad podría tener poquísimos habitantes
en comparación a Potosí u otras urbes, pero en dicho poblado podrían estar las
instituciones y oficinas centralizadas, con lo que la convertían en ciudad y
metrópoli, como sucedió con Chuquisaca o Lima, sede virreinal esta última,
comúnmente denominada como la ciudad de los reyes. Importante jerárquicamente
solo por ello.
Una villa de nombre, una ciudad de hecho.
En su mayor apogeo la villa
imperial de Potosí contaba con más de 160.000 habitantes y aún así era nombrada
oficialmente como villa y no como ciudad.
Esta denominación obedecería al título
oficial de villa y no a los hechos propiamente. Es decir; en los papeles oficiales,
Potosí era nombrada como villa, pero en los hechos era como se dijo antes; una
gran metrópoli.
Es de hacer notar que Potosí no contaba
como Villa, de otras prerrogativas y privilegios que como ciudad hubiera
obtenido, gozado y aprovechado. Su población, riqueza, poderío e influencia
hubiera podido lograr ese ascenso sin mayor dificultad, si se lo hubiera propuesto
el pueblo potosino. Pero no lo hicieron. ¿Por qué?
Es que acaso aquella
administración política y autónoma, aunque limitada, que ejercían como villa, ¿les
bastaba para sus propósitos? La realidad era que muchos de estos chapetones
avecindados en Potosí, acumulaban rápidamente una rentable riqueza y marchaban
hacia España, llevándose todo lo que podían. Entonces poco o nada les importaba
la condición de la Villa de Potosí después de aprovecharla.
Con la llegada de la república, Potosí
se quedaba con una población reducida, pero aún así era mucho más grande e
importante que otras ciudades de América. Los nuevos ciudadanos bolivianos, no
se preocuparon de darle prominencia a Potosí y los potosinos se conformaron con
el título imperial de Villa. Ni aún los patriotas más contrarios a la corona de
España, repararon en el titulo Imperial de Potosí, que a largas, connotaba un
resquicio y recuerdo del imperio español al que combatían y que
precisamente flameaba orgullosa en el
titulo imperial de Potosí.
Hasta hoy Potosí nunca ha sido oficialmente
reconocido como cuidad, este denominativo se da por hecho. Por ser además la capital del
departamento del mismo nombre.
Potosí nunca lo solicito y nunca
se autoproclamo de manera oficial como tal.
Paradójicamente y aun
irónicamente, tuvo que pasar casi cuatro siglos para que Potosí alcanzase el número
de población que ostentara en su mayor esplendor, ahora este número se ha sobrepasado, aunque no con mucha
diferencia.
Incluso hoy el título de villa
imperial es solo un denominativo con connotación histórica y no institucional u
oficial.
De haber sido otra y con más visón de futuro las pretensiones de
los potosinos de entonces y los de ahora, la villa no debiera ser solo villa
imperial, sino; Ciudad Imperial de Potosí.
Nota:
Este artículo es un resumen de
otro estudio más amplio y profundo del tema tratado.
En el libro; “La Historia Mítica
de Potosí”. Del mismo autor.
Jose Luis Pérez Coro
Artista, escritor e investigador
historiográfico.